El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, aseguró el domingo que el sacerdote Cecilio Pérez Cruz, asesinado a tiros en la localidad de Juayúa, «no fue amenazado por pandillas» y tampoco «pagaba extorsión».
Según una fuente policial, en el lugar del crimen se encontró una nota donde supuestamente se dice que el cura no pagó una extorsión a una pandilla, sin embargo, esto no ha sido confirmado por las autoridades.
Escobar Alas señaló que la iglesia descarta que el asesinato esté relacionado con el pago de extorsión e indicó que el religioso era «una persona que se llevaba bien con todo mundo y era muy alegre».
«¿Cuál es el verdadero móvil (del asesinato)? no lo sabemos, pero confiamos en que las autoridades aclararán esta situación y se hará justicia», apuntó el jerarca católico.
El crimen del sacerdote Pérez Cruz fue perpetrado dentro de la parroquia San José la Majada, del cantón del mismo nombre, según la Fiscalía General de la República (FGR), que no ha brindado más detalles sobre el asesinato, el cual fue condenado por el Gobierno salvadoreño.
«El Gobierno de El Salvador lamenta profundamente y condena el vil asesinato del sacerdote Cecilio Pérez, párroco de la iglesia San José La Majada, en Juayúa, Sonsonate», expresó el Ejecutivo a través de un comunicado.
El Gobierno indicó que, tras el hecho criminal, dio instrucciones precisas a las autoridades de Seguridad para «redoblar esfuerzos y capturar a los responsables».
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes de entre 103 y 50,3 registradas entre 2015 y 2018, índices atribuidos principalmente a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18.
Según los analistas, las «maras» son uno de los principales problemas que el presidente electo salvadoreño, Nayib Bukele, deberá enfrentar tras tomar el poder el 1 de junio próximo.