El exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele, ganó la elección presidencial del domingo por un amplio margen sobre su más cercano rival, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en primera vuelta.
Con el triunfo de Bukele, se puso fin a tres décadas de bipartidismo entre ARENA y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Nayib Bukele, será el nuevo presidente de El Salvador tras lograr el 53,7% de los votos, con casi el 90% de las papeletas contabilizadas. Carlos Calleja, de ARENA, logró el 31,6% de los sufragios, y del partido en el Gobierno, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con su candidato, Hugo Martínez, se hundió con solo el 13,7% de los votos.
Descendiente de palestinos y de religión musulmana, aunque lo escondió hasta la fecha, Bukele supo capitalizar el descontento hacia los dos partidos tradicionales, los que se habían alternado el poder desde 1989.
El camino de Bukele a la presidencia fue allanado por cansancio de la población con los partidos tradicionales y se exacerbó luego de varios escándalos de corrupción que han salpicado a políticos de ambos bandos en años recientes.
«Hemos hecho historia y hemos pasado la página de la posguerra», dijo Bukele a sus seguidores al proclamar su victoria. «Ganamos en primera vuelta y sumamos más votos que Arena y el FMLN juntos» agregó mientras los fuegos artificiales estallaban en la capital. «Hemos ganado en los 14 departamentos del país». En la acera de enfrente, Calleja admitió la derrota.
Bukele barrió a sus contrincantes con un discurso muy básico y repetitivo y una activa campaña en redes sociales que caló en el electorado más joven, de 30 años o menos. Su arrolladora victoria logró el hundimiento del partido en el poder, el FMLN, después de diez años de Gobierno.
Aunque las encuestas auguraban una cómoda victoria, el hartazgo del electorado antes los últimos escándalos de corrupción vinculados al cobro de sobresueldos y el hecho de que los tres últimos presidentes estén procesados, termino de movilizar a los simpatizantes de Bukele forma masiva.
La falta de resultados frente a la violencia y la ausencia de respuesta a las demandas tradicionales de la izquierda sirvieron de lápida para el FMLN.
La estrepitosa derrota del FMLN de Sánchez Cerén tendrá también consecuencias regionales. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pierde uno de los escasos apoyos latinoamericanos que le quedaban. Sánchez Cerén fue uno de los cuatro mandatarios junto al cubano Agustín Díaz Canel, el nicaragüense Daniel Ortega y el boliviano Evo Morales, que acudieron a la proclamación de Maduro en Caracas en enero. Bukele ha comparado a Ortega con el dictador Anastasio Somoza.
ARENA fue incapaz de evolucionar y no pudo contra el populismo de Bukele, de manera específica la estrategia digital de ARENA rebotó, de principio a fin contra la bien argumentara y planificada del candidato de GANA. El staff digital de Carlos Calleja, compuesto por algunos de sus amigos más íntimos decidieron contratar como asesor de la campaña presidencial a Antonio José Sola.
Bajo el consejo de Sola, ARENA despotricó y desacreditó a Bukele, elevándolo ante los ojos de la población, en lugar de dañarlo. Allí se selló el destino del candidato tricolor y se catapultó al triunfo a Nayib Bukele.
Además, el equipo del candidato y no el partido acercó a un personaje oscuro que se ha movido por los entretelones del poder por mucho tiempo.
Manuel Meléndez ha entrado y salido de las campañas de ARENA desde los tiempos de Alfredo Cristiani y hasta los del presidiario expresidente Elías Antonio Saca.
Meléndez se mantuvo oculto los últimos años luego de haber recibido más de un millón de dólares de la presidencia de Saca sin justificación alguna, además de haber llevado la publicidad de ARENA y de algunas instituciones públicas durante los gobiernos de Francisco Flores y Saca. Se limitó a realizar ‘refritos’ de antaño y fue incapaz de hacer ‘click’ con la población.
Mauricio Funes, el primer presidente del FMLN, huyó a Nicaragua luego de que se le abrieron investigaciones por enriquecimiento ilícito y malversación de fondos durante su gestión (2009-2014), estos llegan a más de 351 millones de dólares. Elías «Tony» Saca, exmandatario de ARENA, fue condenado el año pasado a 10 años de cárcel por corrupción y malversación, de unos $300 millones. Estas dos coyunturas son las responsables del triunfo de Bukele.
Nayib Bukele tendrá que hacer frente al problema migratorio bajo el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump y hereda un país con un menguante crecimiento económico, y con una de las tasas más altas de homicidios del planeta, además de recibir una sociedad polarizada.
El presidente electo deberá tratar de gobernar con una Asamblea Legislativa dominada por los dos partidos que hasta el domingo eran hegemónicos en El Salvador —Arena y el FMLN— y en la que el partido político que le facilitó la presidencia, GANA, apenas cuenta con diez diputados, de los cuales al menos uno no le respalda. El nuevo jefe de Gobierno tiene dos años para intentar llevar su estrategia mediática y su arrastre a las elecciones legislativas, que se celebrarán en 2021.
Entre sus propuestas de gobierno destacan un ambicioso plan de infraestructuras que incluyen un puerto y un tren, pero falta saberse cómo financiará las obras, una tarea complicada dado el enorme déficit público del país.