100 territorios de América Latina rezagados y vulnerables, en los que Naciones Unidas pondrá el foco para contener la pobreza rural, forman parte de una estrategia que busca mejorar la vida de las comunidades y evitar conflictos como los generados por las migraciones masivas y el narcotráfico.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó el martes en Santiago de Chile su estrategia «Cien Territorios Libres de Pobreza y Hambre» que busca intervenir en el marco de políticas públicas y trabajar junto a gobiernos, organizaciones, empresas y otros actores civiles.
En una primera etapa, la FAO trabajará con Colombia, Guatemala, Honduras, Salvador y República Dominicana y luego espera que se sumen otros países de América Latina, donde casi la mitad de la población rural vive en la pobreza, según datos del organismo.
«Estos territorios rezagados son muchas veces invisibles y otras veces son territorios a los que llevamos las soluciones equivocadas», dijo Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
El representante señaló que cuando las zonas rurales quedan rezagadas y viven en la pobreza pueden ser fuentes de conflictos vinculados al narcotráfico, como la producción de coca o amapola para heroína, el desarrollo de economías ilegales o generar migraciones masivas.
«Los problemas de las caravanas gigantescas de migrantes en Centroamérica, que cruzan México y se cruzan a Estados Unidos generan todo tipo de problemas internacionales», apuntó Berdegué.
«Nadie dice que el origen de eso son los territorios de extrema pobreza, el abandono, sino que le ponemos atención cuando tenemos un problema», señaló.
Según los últimos datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el número de personas que vive en la pobreza aumentó en 2017 a un máximo en una década.
En el caso de las zonas rurales, la pobreza alcanza un 48,6 por ciento de la población y en algunas áreas más vulnerables el porcentaje se eleva a un 70 por ciento, según datos de la FAO.
Mariana Escobar, consultora de la FAO especialista en desarrollo rural, especificó que en momentos de contracción de las economías de la región, es necesario mejorar la coordinación, el uso de datos y aplicar la creatividad frente al exceso de burocracia.
También destacó la necesidad de fortalecer a los actores locales y líderes sociales en estos territorios rurales.
«La tarea de avanzar en este reto tan grande de la pobreza rural es una tarea de los gobiernos pero los gobiernos no pueden ya solos», apuntó.