En un comunicado emitido este miércoles, el Centro Simon Wiesenthal cuestionó a Roger Waters, líder de Pink Floyd, quien se opone a la llegada de ayuda humanitaria a Venezuela, país devastado por la dictadura de Nicolás Maduro y bajo una severa crisis social y política.
Waters publicó un video en su cuenta de Twitter en el cual cuestiona un concierto de artistas y las muestras de solidaridad hacia el pueblo venezolano, argumentando que se trata de una orden de los Estados Unidos. «No hay una dictadura», sentenció el músico, quien siempre se mostró comprometido con los pueblos oprimidos.
Luego de su declaración, la institución dedicada a la lucha contra la persecución a las minorías y a encontrar jerarcas nazis escondidos en todo el mundo, calificó a Rogers como «antisemita» y lo fustigó por su posición a favor de Maduro.
«El ex Pink Floyd Roger Waters sostiene que la ayuda está politizada y que el mundo debería dejar en paz al pueblo venezolano», dice el comunicado en uno de sus párrafos.
El director de Relaciones Internacionales del Centro Simon Wiesenthal, Shimon Samuels, fue contundente en su apreciación: «Este líder de la campaña de boicot, sanciones y desinversión sueña más con ahogar a Israel económicamente que con ayudar a los enfermos y hambrientos de Venezuela».
Por su parte, el rabino Abraham Cooper, decano adjunto de la institución, tildó de «antisemita» a Waters: «Dejen al antisemita que odia a Israel para que se pronuncie contra la ayuda humanitaria para los venezolanos empobrecidos por Maduro, que ahora carecen de lo básico para sobrevivir más allá de lo que se cree».
Por otro lado, el Centro Simon Wiesenthal presentó una propuesta para poder hacer llegar la ayuda a los venezolanos. «Ahora mismo, Waters es irrelevante. Lo que se necesita es un puente aéreo de ayuda como en los tiempos de la Guerra Fría en Berlín bajo los auspicios de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Como consultores de esa agencia regional, esta es una iniciativa que propondrá el Centro Wiesenthal. Es probable que Israel ayude a proporcionar alimentos y medicamentos de emergencia», propuso Samuels.
Ante la desesperada situación venezolana y la negativa de Maduro de permitir la ayuda humanitaria de la comunidad internacional –salvo de Rusia-, el empresario británico Richard Branson organizó para el próximo viernes un concierto Live Aid en la ciudad fronteriza de Cúcuta, Colombia, donde participarán 32 músicos.
«No tiene nada que ver con las necesidades de los venezolanos, no tiene nada que ver con la democracia, no tiene nada que ver con la libertad», dijo Waters sobre el show en el norte colombiano. «Tengo amigos en Caracas que me dicen que no hay una guerra civil, no hay violencia, no hay asesinatos, no hay una aparente dictadura, no hay encarcelamiento de opositores, no hay supresión de la prensa».
«La hipocresía de Waters es extrema. Pide no transformar un concierto de ayuda humanitaria en un acto político, cuando sus propios conciertos se convierten en un vector de odio político. Se declara contrario a la posición de todos los países en los que dio conciertos en su última gira por América Latina en los que recolectó fortunas, pero ni siquiera ofreció su ayuda humanitaria a los pueblos de Venezuela, Bolivia, Cuba o Nicaragua, cuyos gobiernos apoya, pero evitó visitarlos porque no hay dinero para llevarse de allí», concluyó Ariel Gelblung, representante para América Latina del Centro Wiesenthal.