El escenario es apocalíptico. Una tormenta tan inmensa que causaría una devastación en California tres veces más grande que las proyecciones de daños hechas para el megaterremoto conocido como “The Big One”, que aún está por golpear al estado dorado.
Los recientes embates de la naturaleza en California han llevado al Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) a revisitar el posible escenario de la llegada de un río atmosférico que azote al estado por semanas enteras y provoque pérdidas económicas de hasta $725,000 millones.
Los científicos lo llaman la “Tormenta ARk”, acrónimo de Atmospheric River 1000, pero de manera coloquial también se le conoce como “The Other Big One”, en referencia al hipotético megasismo de una magnitud superior a 8.0 en la escala Ritcher que se espera sacuda a todas las ciudades a lo largo y ancho de la falla de San Andrés.
Tras cinco años de intensa sequía y recurrentes órdenes obligatorias para ahorrar agua, parece difícil de creer que California pueda recibir lluvias de proporciones bíblicas. Sin embargo, el panorama dibujado por los más de 100 científicos, ingenieros, expertos en políticas públicas y agentes de seguros que participaron en este pronóstico no es nada alentador.
Las consecuencias de esta megatormenta invernal se podrían dar en todos los frentes. Las inundaciones y los deslaves serían los principales factores que tendrían impacto en la infraestructura, la economía, el medio ambiente y la vida social de los casi 40 millones de residentes de California.
Apocalipsis en California
Para imaginar el escenario descrito por el USGS se tiene que hacer referencia a películas de ciencia ficción.
Esta hipotética tormenta golpearía a la costa oeste tan fuerte que el Valle Central de California quedaría inaccesible para el resto de los Estados Unidos. La caída de lluvia, explica el documento, se extendería por varias semanas y rebasaría niveles que en muchas zonas solo experimentan una vez cada 500 años.
La proyección de los expertos estima que todos los sistemas contra inundaciones en el estado se verían rápidamente rebasados. En el Valle Central, por ejemplo, una superficie de 300 millas de longitud por 20 millas de angostura quedaría anegada, pero el daño sería aún mayor en las costeras. Los condados Orange, Los Angeles y San Diego, así como la mayor parte de la bahía de San Francisco, quedaría completamente bajo el agua.
Además de las copiosas tormentas, el viento extremo también abonaría a incrementar las dimensiones de la catástrofe. En algunas regiones de California las ráfagas alcanzarían la fuerza de un huracán con promedios de 125 millas por hora; en el resto del estado, la velocidad de los vientos no bajaría de 60 mph. La combinación de la lluvia y los vientos huracanados facilitaría la proliferación cientos de deslaves que arrasarían con caminos, carreteras y viviendas por igual.
Un golpe a la economía
Según datos oficiales California es la quinta economía del mundo. En 2017 el Producto Interno Bruto (PIB) de la entidad llegó a $2,700 billones, apenas superado por Alemania, Japón, China y Estados Unidos (sin contar al estado dorado).
Pero la fuerza económica del estado, impulsada principalmente por el sector tecnológico de Silicon Valley, la industria del entretenimiento de Hollywood y la agricultura del Valle Central, no eximen a California de sufrir graves estragos económicos causados por una eventual “Tormenta ARk”.
En fotos: Inundaciones y derrumbes afectan zonas devastadas por los incendios de 2018 en California
Rescatistas trabajan en una casa que fue barrida por un alud 14 de febrero de 2019 en Sausalito, California. El estado fue golpeado esta semana con un potente río atmosférico y las autoridades calculan que ocurrirán más aludes e inundaciones.
El impacto, según estima la proyección del USGS, sería de casi una tercera parte del PIB del estado. Los daños a la propiedad podrían llegar a $400,000 millones, la mayoría por inundaciones. Entre estos se incluirían las viviendas y negocios devastados, el aumento de los costos en las reparaciones de la infraestructura local y estatal y pérdidas en la agricultura.
Por si fuera poco, las afectaciones a la vida pública serían latentes. Los servicios de energía, agua potable y alcantarillado en gran parte de California tardarían semanas, y en algunos casos meses, en ser reestablecidos. Además, casi un millón y medio de residentes tendrían que ser evacuados de sus ciudades.
A esas pérdidas se le tendrían que sumar otros $325,000 millones a causa de la interrupción del comercio en el estado. En total, el gigantesco Río Atmosférico le costaría a California $725,000 millones, casi tres veces las pérdidas estimadas por el eventual mega-terremoto para el que se ha venido preparando las autoridades del estado con el paso de los años.
En fotos: la tormenta convirtió las carreteras de la Bahía en una trampa mortal
Un conductor quedó varado sobre Paulsen Road, en la ciudad de Watsonville.