El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, aprovechó sus visitas de los dos últimos días a Brasil y Colombia para reforzar el llamado a ambos gobierno a «ayudar a los que sufren en Cuba, Venezuela y Nicaragua bajo el peso de las dictaduras» y conformar un frente conjunto contra regímenes autoritarios en América Latina.
Conversando con medios tras reunirse con el nuevo ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Ernesto Araújo, Pompeo mencionó a Venezuela, Cuba y Nicaragua como países que no tienen valores democráticos compartidos.
«Tenemos una oportunidad de trabajar juntos contra regímenes autoritarios», dijo el funcionario estadounidense sobre las relaciones de su país con Brasil, un día después de la toma de mando de Jair Bolsonaro.
«Al venir a Brasil pude ser testigo de una transición pacífica del poder. Hay pueblos que no tienen ese derecho. Son los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Vamos a trabajar contra esos gobiernos autoritarios», dijo Pompeo, que ya en el pasado calificó a esos tres países como «la troika de la tiranía», tras el encuentro con el canciller Araújo.
«Hemos hablado sobre Venezuela y Nicaragua. Son sitios donde los pueblos de esos países no tienen la oportunidad de expresar sus opiniones, decir lo que piensan ni lograr que el gobierno les responda. Es el tipo de cuestiones en las que deseamos trabajar juntos», agregó el secretario de Estado.
Más tardeo, ya en Bogotá, Pompeo se reunió con el presidente colombiano Iván Duque, donde volvió a referirse al tema. Ambos acordaron este miércoles unir esfuerzos para aislar diplomáticamente al gobierno de Nicolás Maduro y «recuperar» la democracia en Venezuela.
«La larga tradición democrática de Colombia lo convierte en un líder natural en los esfuerzos regionales para apoyar la democracia y el estado de derecho en Venezuela», dijo Pompeo en una declaración conjunta con el mandatario colombiano en la ciudad caribeña de Cartagena.
El secretario aseguró que en el encuentro con Duque hablaron de cómo pueden «colaborar con aliados regionales e internacionales para ayudar a los que huyen y ayudar a los venezolanos a recuperar su herencia democrática».
Pompeo hizo escalas en Brasil y Colombia con el objetivo de fortalecer los lazos con esos países y abordar el escenario de continuidad que se abre en Venezuela después del 10 de enero, cuando el presidente venezolano, Nicolás Maduro, tomará posesión de un segundo mandato, obtenido en elecciones fraudulentas.
Maduro, que está en el poder desde 2013, fue reelegido presidente el pasado 20 de mayo en unas elecciones no reconocidas por la mayor parte de la comunidad internacional y, por tanto, ahora se abre un escenario incierto en el que los países deben decidir si mantienen o cortan relaciones diplomáticas con su Gobierno.
El Grupo de Lima, integrado por una docena de naciones que consideran rota la democracia en Venezuela y que EEUU apoya desde fuera, se reunió en Bogotá el pasado 31 de octubre para analizar opciones a partir del 10 de enero, pero no anunció ninguna decisión.
El Gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, tampoco ha especificado si romperá relaciones con el Ejecutivo venezolano.
Preguntada al respecto, la funcionaria se limitó a declarar: «No voy a adelantarme a nuestra decisión sobre eso. Pero sí diré que lo vemos (el 10 de enero) como una fecha importante y vemos con gran preocupación la situación en Venezuela».