En las elecciones legislativas y municipales de este domingo El Salvador se juega el equilibro o la concentración del poder en la figura del presidente Nayib Bukele.
Más de 5,3 millones de salvadoreños estaban convocados para elegir a los 84 diputados de la Asamblea Legislativa, 262 consejos municipales y 20 representantes en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Nayib Bukele, a pesar del silencio electoral vigente en el país, lanzó días previos a la elección una última campaña en los medios de comunicación en la que llamó a votar a los salvadoreños y abogó por elegir a «diputados que se sumen» para que empujar «todos para el mismo lado». La que remató rompiendo la Ley Electoral al utilizar su poder y su convocatoria para llamar al voto a su favor a sus aliados poco tiempo antes del cierre de urnas.
Bukele se caracteriza por no respetar las leyes y «blindarse» con el uso de un Ejército y Policía Nacional Civil (PNC) serviles a la Presidencia de la República.
Desde que Bukele ganó las elecciones presidenciales, en febrero de 2019, diversos sectores del país coincidieron en que el mandatario debía buscar acuerdos con el Congreso, de mayoría opositora, para cumplir sus promesas.
Pero, con el pasar de los meses, la relación entre Bukele y los diputados se fue tensando y vivió su punto más escabroso el 9 de febrero de 2020.
En esa fecha, el mandatario ingreso al hemiciclo del Parlamento escoltado por militares y policías armados con fusiles de asalto para, según admitió después, presionar para la aprobación de un préstamo millonario. En ese momento se acobardó de consolidar un «Golpe de Estado» que estaba a punto de dar con policías y soldados con armas de guerra.
En estas elecciones se juega el control del ejercicio del poder o darle el control absoluto al presidente Bukele y eliminar los controles del sistema político.
Las encuestas lo que están mostrando es que sí se va a dar una concentración del poder en el presidente.
Durante la nueva legislatura se elegirá fiscal general, procurador de Derechos humanos y magistrados de la Corte Suprema de Justicia y Corte de Cuentas.
Con los actuales funcionarios que ocupan estos cargos el presidente Bukele ha tenido al menos una confrontación en su año y medio en el Gobierno por su voracidad y la de sus funcionarios de tomar los dineros del pueblo y gastarlos a discreción, aún en contra de la Ley.
Bukele ha gobernado de manera populista y autoritaria y si el oficialismo tiene la mayoría absoluta, el resto de instituciones estaría también bajo su influencia.
En el último año El Salvador ha vivido en la gestión gubernamental una tendencia al autoritarismo y a la falta de rendición de cuentas, y una concentración de poder en la Asamblea Legislativa sin balances por parte de otros partidos podría generar es retroceso democrático.
La Asamblea Legislativa está formada por 84 diputados, de los que únicamente se necesitan 43 para tomar decisiones ordinarias y 56 para aprobar deuda externa, elegir magistrados de la Corte Suprema de Justicia y reformar la Constitución.