Faltando tan solo ¡Un minuto para las 24.00 horas!, es decir, a las 11.59 del día 24 de diciembre – fecha y hora en la que todo mundo que sea cristiano conmemora el advenimiento del Hijo de Dios, varios servidores municipales, pertenecientes a la UACI de la Dirección Municipal de la Alcaldía de San Salvador, ordenaban la publicación de ley para invitar a los interesados en participar en una importante licitación.
Dicha licitación está identificada como “Servicio de traslado de residuos sólidos comunes en góndolas y servicio de recolección de residuos sólidos casa por casa en zonas de difícil acceso en los diferentes circuitos de limpieza en el municipio de San Salvador 2019”, estableciendo como plazo fatal para hacer ofertas las 15.00 horas, o sea las tres de la tarde, del día 26 de ese mismo mes.
Si tomamos en cuenta que el día 25 es feriado nacional y no se permite actividad laboral de ninguna clase, cualquier aspirante a ofertar en dicha licitación no tuvo más que ¡seis horas! hábiles para cumplir con los términos de referencia de una licitación cuya inversión es multimillonaria. Recordemos que la actividad laboral de la empresa privada inició de entre a las ocho y las nueve horas y el plazo establecido fue las tres de la tarde del día 26.
Creemos que no hubo ofertante alguno para esa licitación tan compleja, no solo porque el servicio solicitado, objeto de la licitación, ha venido siendo motivo de contradicción, sino porque, ¿quién de los posibles interesados podría haber estado presente para conocer la convocatoria? a no ser que hubiera sido avisado previamente; lo que vendría a ser el primer tema de investigación para el nuevo Fiscal, Raul Melara.
Si los hubo, cómo es que ellos estaban pendientes a esa hora de ese día tan especial; cómo hicieron para presentar solvencias o comprobantes de estados financieros si las alcaldías estaban cerradas y los bancos no funcionaban? Definitivamente eso nos huele asquerosamente mal.
La Alcaldía de San Salvador debe aclarar si los hechos ocurrieron tal como ha llegado a nuestros oídos. Tiene que aclarar al país y al municipio si todos sus negocios se hacen a la media noche o si esta pudo ser una excepción. Debe explicar cuántas personas interesadas acudieron el día 26 de diciembre al llamado municipal publicado a las 11.59 del 24 de ese mismo mes.
Recapitulando: Nuestra información proviene de fuentes muy responsables que se resisten a creer que en la Alcaldía de San Salvador puedan ocurrir semejantes disparates. “Cosas veredes Sancho amigo”.
Nos aseguran que el Proceso en mención fue publicado en el sitio electrónico de compras públicas www.comprasal.gob.sv el día 24 de diciembre 2018 faltando un minuto para que finalizara el día y se estableció como día de recepción de ofertas el 26 de diciembre 2018 de 2 a 3 de la tarde, pero que a la fecha nada se dice respecto a si hubo o no, adjudicación alguna.
También nos aseguran que es posible que no se haya tenido ofertantes por el poco tiempo otorgado para la presentación de una oferta tan compleja como la de este proceso de licitación a menos que con tiempo antes se les haya alertado para que estuvieran listos en las fechas de las publicaciones.
Otras cosa que no queremos pasar en alto es que, aunque se hubiera convocado al comité evaluador para realizar la adjudicación correspondiente, este solo puede emitir como resultado el documento de evaluación y hacer una recomendación de evaluación puesto que las adjudicaciones deben ser aprobadas (y más de este tema que es tan álgido) por el Consejo Municipal el cual no se ha reunido.
De no aclararse qué es lo que ocurrió en la Alcaldía el 24 de diciembre recién pasado a las 11.59 ; quiénes fueron los actores de esa novela de ficción y cuál su responsabilidad, estaríamos frente a una triste realidad: que durante el proceso de dicha licitación se violaron derechos constitucionales y lo que es peor, tener que admitir que en el país hay personas que siempre encuentran formas de burlar la ley.