Las redes sociales han demostrado jugar cada vez más un papel mas importante en las elecciones de los dirigentes de las naciones. El Salvador no fue la excepción, y su próximo presidente se vio influenciado por eso.
Nayib Bukele se presentó como la única opción de cambio frente a los partidos tradicionales, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
La estrategia fue sencilla y contundente, el silencio ante los problemas mayores que aquejan la vida diaria de los salvadoreños, ninguno de los candidatos quiso tocar los temas “espinudos”, tales como la Seguridad, las pandillas, el agua, el tráfico, la migración ilegal hacia los Estados Unidos y ahora México, la deuda externa y tantos otros.
Bukele supo leer el deseo de los salvadoreños de dejar atrás la forma típica de hacer política, logró llamar la atención de los jóvenes, los que ni saben ni quieren saber de la guerra civil que provocó la agresión comunista durante la Guerra Fría, los que no tienen ideología ni conciencia política y que se revuelcan en sus quejas, sin saber el origen verdadero de los problemas que abaten al país.
Pero no fue suficiente, la ola que inició con Bukele encumbrado como “príncipe” del FMLN por algunos dirigentes, como Medardo González y Fabio Castillo, se extendió a los adultos y a los adultos mayores, todos quienes no dieron valor a la expulsión de la exguerrilla al entonces aún alcalde de San Salvador y mucho menos su “operación saltimbanqui” por Convergencia Democrática (CD) para arribar en los brazos del partido más corrupto que hubo en El Salvador, la Gran Alianza por la Unidad Nacional, supuestamente fundado con dineros producto de la corrupción del expresidente Elías Antonio Saca y que sería manejado en la impunidad por su primo Herbert Saca.
Los jóvenes entendieron el mensaje de Nayib Bukele y sus manejadores digitales lo vendieron en las redes como algo futurista, cargado de buenos deseos para El Salvador. La estrategia se basó en la desinformación y en el entrenamiento, en fin, nadie estaba interesado en propuestas reales o en el beneficio del país, sino en desplazar y agotar las instancias de ARENA y el FMLN.
El uso de trolles y robots fue celebrado como ingeniedad por los milennials, el resto solo siguió al grupo.
Los estrategas de Bukele ofendieron, mintieron, desprestigiaron y vilipendiaron a quien quisieron, pero lo hicieron con gracia y eso le bastó al público.
Bukele posicionó su figura, no sus ideas ni un plan de gobierno sino su figura.
Porqué y donde perdió las elecciones Carlos Calleja
La verdadera campaña entre Calleja y Bukele se llevó a cabo en las redes sociales y duró al menos dos años.
El primer mes de campaña oficial, para las elecciones presidenciales 2019 fue el anuncio de una lucha sin cuartel entre la mayor fuerza política en el país, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y la entidad amorfa que carecía de identidad e ideología definida, la Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA) y Nuevas Ideas de el exalcalde de San Salvador, Nayib Bukele.
El novel Carlos Calleja, sus amigos más cercanos (a cargo de su campaña) y sus asesores utilizaron las redes sociales para lanzar insultos y burlarse de quien consideraron enemigo, al igual que lo hizo Bukele, con la diferencia que esa estrategia no cayó en gracia al público y, en lugar de hundir al “golondrino” lo alzaron.
La inclusión del presidente de los tricolor, Mauricio Interiano, hablando y retando en un “tete a tete” (cara a cara) con Bukele disparó al candidato de GANA y le catapultó en todas las encuestas.
La estrategia del equipo digital de Calleja, del importado Antonio José Sola y del oscuro publicista Manuel Meléndez fracasó tan pronto se integraron en la casa de campaña de Cumbres de Cuscatlán.
La población quería promesas románticas pero cuantificables, de allí que prefirieron la oferta de un aeropuerto, un “trencito” y otras fantasías, al ofrecimiento pragmático de “trabajo”, como base para la prosperidad de la persona y por ende del país. La mala elección del equipo de campaña y el alejamiento de los principios republicanos hundieron al candidato arenero y por más que surgieron los consejos y las ofertas de expertos en comunicación digital, estos fueron desatendidos.
Al final, el 3 de febrero se comprobó que fue más efectivo conseguir votos con reacciones en las redes que yendo a diferentes territorios.