Las autoridades policiales no creen que el sacerdote Cecilio Pérez Cruz, que fue asesinado en el cantón San José La Majada, del municipio de Juayúa, haya sido asesinado por pandilleros de la Mara Salvatrucha o MS-13, como apuntaban los primeros reportes.
Pérez Cruz, de 35 años, fue asesinado el viernes pasado en el cuarto donde dormía al interior de su parroquia.
El hecho fue descrito por el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, como “extraño”.
Cotto aclaró a periodistas que la motivación del crimen pudo haber sido otra, a pesar de que informes indicaban que los atacantes habrían dejado una nota en la escena del crimen que leía: “No pagó la renta MS-13” y que los investigadores consideran que lo anterior fue una jugada para desviar la atención de las autoridades.
Incluso la iglesia católica ha dicho que descarta totalmente que el hecho del crimen se diera a problemas por el pago de la famosa y mal llamada «renta».
El pasado domingo, monseñor José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, dijo a periodistas que al conversar con el obispo de Sonsonate, Constantino Barrera, éste le aseguró que Pérez Cruz nunca comentó que estuviera siendo extorsionado o amenazado de muerte, mucho menos por pandillas.
Con los antecedentes, las autoridades siguen una nueva línea en la investigación. El periódico digital LaBritany, presuntamente propiedad del presidente electo, Nayib Bukele publicó en su sitio:
“Sin embargo; ahora se sabe que el sacerdote realizó denuncias públicas por la tala indiscriminada de árboles que se llevaba acabo; casualmente en terrenos que serían de la propiedad del presidente de PROESA, y dirigente del FMLN; Sigfrido Reyes”.
Debido a este y otros indicios, la Policía investiga si el asesinato habría sido resultado de las críticas que él hacía de la tala de árboles.
Con información de Agencia Digital de Noticias -ADN-